martes, 17 de mayo de 2016

PrEP en VIH: estrategia prometedora y controvertida (1/3)

La infección por el VIH sigue siendo un problema de salud importante. Cada año se diagnostican en España 7,25 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, y se sabe que se transmite principalmente por vía sexual, siendo las tasas de infección más elevadas en hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y, entre las mujeres, las transexuales y las heterosexuales con relaciones sexuales no protegidas. Por ello se considera que estos grupos más desproporcionadamente afectados deben ser prioritarios para las estrategias de prevención, y parece que el asesoramiento sobre la reducción de prácticas de riesgo por sí solo no es suficiente.

Una de las nuevas estrategias para la prevención del VIH es la profilaxis pre-exposición (PrEP). La PrEP consiste en la administración de un tratamiento antirretroviral a personas VIH negativas, pero que están en situación de muy alto riesgo de contraerlo por exposición repetida (relaciones sexuales o consumo de drogas inyectables), para evitar o reducir las probabilidades de la adquisición del VIH. Es decir, la PrEP se inicia antes de la exposición al VIH, pero no  actúa como una vacuna, sino que se debe tomar de forma continua.

Actualmente el tratamiento de elección consiste en la administración diaria de dos antirretrovirales, tenofovir y emtricitabina, combinados en un único comprimido (Truvada®).

Este medicamento se ha confirmado en diferentes estudios como una opción muy eficaz para reducir la probabilidad de contagio en pacientes de alto riesgo. En los ensayos clínicos se incluyeron HSH y mujeres transexuales (ensayo iPrEX), parejas serodiscordantes (ensayo Partners) y mujeres heterosexuales (FEM-PrEP y VOICE) sin VIH. Los resultados mostraron la eficacia de la PrEP, pero sobre todo, que cuando los pacientes son adherentes al tratamiento la reducción global del riesgo de contagio por relaciones sexuales puede llegar hasta el 90% (70% si el riesgo se debe al consumo de drogas inyectables). 
Además de estos ensayos clínicos se realizó el estudio PROUD, que demostró que la eficacia de la PrEP no es menor en un entorno real. 

Otra opción que se ha planteado es la PrEP a demanda en pacientes HSH de alto riesgo (Estudio IPERGAY). Consiste en la administración de la profilaxis en las 24 h previas a la relación sexual, y hasta 48 después. Pero quedan por resolver cuestiones como el número medio de comprimidos mensuales necesarios o la eficacia de esta práctica cuando el sexo es poco frecuente, por lo que de momento no se recomienda.

Pero la PrEP por sí sola no es suficiente. Su eficacia no es del 100% y no protege frente a las enfermedades de transmisión sexual, de modo que es necesario que forme parte de un programa integral con intervenciones educativas, uso del preservativo y seguimiento del paciente. Y a pesar de los beneficios descritos, también cuenta con algunos inconvenientes o dificultades que veremos con detalle en la siguiente entrada al blog.


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